29 abr 2008

Raquelilla (III)

Mientras luchas por contener el desbordamiento en tus ojos, yo sólo puedo mirarte perpleja: es la primera vez que alguien reacciona así ante mis líneas.

Intentas seguir leyendo y tiemblan tu voz y tus manos. Entonces, tiemblan también mis piernas, y descubro la grandeza de que tú me consideres una pequeñísima escritora.

A veces pienso que la vida me exigía conocerte. A menudo me extraño por no haberte encontrado antes. Últimamente, creo que eres tú esa compañera tan esperada. Ésa con quien mirar hacia el frente; ésa con quien perder la cabeza.

Hoy, eres tú el motivo principal por el que agarro mi bolígrafo rojo, y, como cada tarde, me siento a relatar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ay ali......millones de gracias!!!
sobre todo gracias por hacerme sentir tan especial y tan afortunada de tenerte cerca...!!!! eres la ostia! me encantas!y solo te puedo decir q para mi tambien eres un tesoro y lo voy a guardar y cuidar como lo q es xq n kiero perderlo nunca...graxe maja!!! muuuuuuuuuua!! tqm y estoy deseando subirme en ese avion, estar junto a esa jaima, compartir ese te y mirar el cielo juntas... rakel. SAHARA LIBRE!!!!