8 abr 2008

Atenas - Madrid

Un golpe en mi brazo izquierdo y un grito me sobresaltan. Cuando me empiezo a girar, tú ya me has abrazado. Muy fuerte. Y me acuerdo de aquel sueño en el que casi te besaba, siendo sólo tú consciente de que no era cierto.

Has vuelto y, la verdad, me alegro de verte. ¡Es curioso! Para mi sorpresa, tú también te alegras de verme.

Hoy, ninguno de los dos está soñando.

No hay comentarios: