21 abr 2008

Desorientada


No es posible que todos esos desconfiados tuviesen razón. No es posible que nosotros, únicos testigos de aquellos días, la hayamos perdido. No es posible que estés olvidando. ¿Acaso puedo olvidar yo?
Sigue manifestándose mi anhelo en forma de lágrima… Hay ríos que nunca se secan.

Hace exactamente un mes, aproximadamente a estas horas, me deshacía en tus últimos besos. Me rodeabas con tus brazos en un callejón sombrío, bajo la cómplice mirada de la luna llena. De tus labios brotaron palabras que hoy en día no sabría repetir. En mi ser solamente se quedó impregnado el rumor de tu voz sincera, y el tacto de tus manos.
Un recuerdo en forma de piedra nos arrebató el último abrazo. Se me escapó el momento. Y en una fracción de segundo, nos alejamos más de mil kilómetros.

No es posible que hoy nos distancie algo más que el espacio. No es posible que hoy nos separe también el tiempo. No es posible que te hayas rendido. ¿Acaso puedo rendirme yo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aun lejos ya de todo aquello una no puede olvidar. El olor del sahara, su gente, acogida, dedicacion y lucha. Ya me siento lejos, pero la vida te da oportunidades que a veces una no espera, y sabes que hay que saber cogerlas. Espero no equivocarme, y que la selva de Bolivia, tan diferente a todo aquello, signifique para mi lo que significa el sahara para ti. Sabes?Creo que si. Te animo a que sigas con todo ello, en lo que pones tanta dedicacion y ganas. Que nunca te falten. Yo las estare poniendo al otro lado del globo,donde siempre nos quedaran esa luna y estrellas que desde ambos sitios se ven tn grandes y hermosas. Un abrazo grande ali, Plomita