Me acerco un cigarro a la boca, despacio, mientras mis pupilas tratan de esquivar el humo buscando la hipnosis. Te tuve un día tan cerca, ¡y hoy te tengo tan lejos!
Tu nombre me suena a olvido y tus promesas, a sueños.
Sepultadas las ilusiones, me aventuro a confiar en los recuerdos. Una vez más estoy viviendo de algo que, quizás, murió hace tiempo o, lo que es peor, sólo nació en mi pecho.
¿Aprenderé algún día a juntar lo imposible con lo eterno?
No hay comentarios:
Publicar un comentario