Yo, que siempre he presumido de vencerte. Yo, que siempre te he intentado mantener lejos. Te relegué y, de repente, apareces.
Te critiqué a ti y a los que te rodeaban. Llegué hasta a sentir lástima por ellos. Te alejé de todo cuanto hago, y también de lo que pienso. Te desprecié más de mil noches y, de repente, vuelves.
Te ignoré en mis decisiones y me reté a no recordarte. Te di la espalda cuando te arrimabas. Te mentí tantas veces… como las que me mentí a mí misma. Te rechacé y, de repente, perdonas.
Quise ahogarte en el fondo de un océano, deseé que el tiempo te aniquilara. Me esforcé por destruirte en demasiadas ocasiones y, de repente, olvidas.
Yo, que tantas veces te he esquivado y despistado. Yo, que tanto te repudié. Y ahora estás demasiado cerca… Luché por no tenerte y, de repente, me tienes. Miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario