26 abr 2008

Añorándote

Me invaden tus ojos desérticos entre tanta naturaleza.
Me ahoga tu cuerpo oscuro en la claridad de la mañana.
Me aplastan tus gordos besos ante la finura del silencio.
Me atrapa tu voz calmada frente al piar de los pájaros.
Me atan tus manos suaves a la corteza del tronco de un árbol.
Me tumban tus deseos anhelantes cuando sigo mis pasos.
Me agazapo entre tus estrellados brazos temiendo la soledad.

Y, sin embargo, en algo me llena tu incómoda ausencia… pues se liberan mis sueños aplastando la prohibición.

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