30 may 2008
Regreso
Renacer
Nubes calladas, abovedadas, enrarecidas. Un manantial de angustia baña mi pecho. Ya queda menos. Huyo.
Allí a lo lejos enroje el cielo, para recordarme que aún hay luz tras las montañas.
27 may 2008
Rompiendo esquemas (II)
Pudiendo haber salido tú, de uno de mis relatos, has entrado de golpe en mi recóndita irrealidad.
Desde que venciste el miedo todo me parece, cuanto menos, ficción. Ayer me resultó increíble que alguien escribiese en la pared la letra de una canción pensando en mí. Y me parece imposible que hoy ese mismo alguien haya conseguido hacer suyas mis frases, para escribirlas en esa misma pared, dedicándomelas también a mí.
Nunca me había percatado de esa otra dirección. La palabra es de pronto un arma de doble filo… La cuerda floja. Y no voy a decir que no me importa, pues es la palabra el máximo riesgo de lo especial.
¡Sin confusiones! Distinguiendo todavía el límite de lo real. Sin enloquecer del todo. Sin olvidar quién soy ni renunciar a donde voy. Segura de ello… pero insegura por preguntarme aún (desconociendo el origen), si cuando termine de escribir esto no creeré haber hecho la mayor de las locuras:
26 may 2008
Rompiendo esquemas
Estudiando como influyen los cambios de comportamiento en las relaciones con los demás, y en la psique de uno mismo, he detenido mis pensamientos en la siguiente frase:
“el aumento de la coacción interna lleva a una contención de las pasiones, al autocontrol, y esto significa que el aparato psíquico y su estructura, reprimen sus instintos”.
Me quedo anonadada al comprobar que has roto los esquemas de hasta los más reconocidos antropólogos.
Tú has superado la coacción en todas sus dimensiones, interna o externa. Has vencido al miedo. Y todo para demostrarme, simplemente, que es posible.
Debería estar estudiando… Pero una reciente conversación, una buena conversación, me lo impide totalmente.
Si he llegado a escribir esto, habiendo estado a punto de dejar que muera, es porque tú me has enseñado a convertir una idea en un hecho.
24 may 2008
Las últimas líneas seulianas
Te di mis preguntas,
mis dudas mudas.
Te di mis pasos por la universidad,
y mis mañanas de soledad.
mi destino deseado.
Te di mis manos,
y hasta te di mis labios
y también las que callé.
Te di mi nariz,
e incluso mis lágrimas, alguna vez..
mi fase REM,
mis horas de insomnio,
mi espalda y mi piel.
* * * * *
Podemos empezar a imaginar qué te daré.
23 may 2008
29 días
¡Yo hubiese preferido aprovechar el tiempo! ¿Me puedes decir por qué dejamos que se pierda entre caladas?
El duendecillo sin nombre II
Qué mas dará lo que hagas, de dónde vengas, quién seas. ¡Qué más dará tu identidad! Si, con tus palabras, a mi me basta.
22 may 2008
Querido pasillo
Recuerdo el día en que mi padre me dijo, hace ya años, que sus mejores momentos los vivió en la universidad… Hoy entiendo por qué lo decía.
Y será difícil aceptar que no habrá más momentos como aquéllos. Será casi imposible asumir que no habrá ya más días como ésos, en los que el tiempo se pasaba entre calada y carcajada, anulando el agobio y la presión de cualquier obligación.
21 may 2008
Aicilaa...
Sin pensar, sale a la calle.
Se sumerge en el frescor de una tormenta que se da en pleno bochorno.
Y de repente cesa implacable, el caer del agua, como si alguien eligiese detener el tiempo.
Ni 60 años
Después de dos meses,
todavía sigue habiendo,
entre mis cosas,
granos de arena de aquel desierto.
todavía sigue oliendo,
ese turbante azul,
como las jaimas que hay en el Sahara.
todavía llevo,
colgado del cuello,
el sentimiento de todo un pueblo.
ni ocho meses,
ni sesenta años,
se llevarán consigo esa esencia
que dejó en mi conciencia,
todo el que vivió exiliado.
20 may 2008
Renuncio
Se disipa la energía, se rinde la fuerza y tambalea la ilusión. Se pierde el tiempo en el espacio de un intento que voló. Desaparece el encanto de lo que ha sido alcanzado. Mejor será pasar de todo y no quererte, que acabar pasando de mí misma y terminar odiándote.
Renuncio a mi viaje…
Renuncio a Seúl.
19 may 2008
Exactamente igual
El tiempo se escurre entre los ladrillos de este gélido pasillo. El día de hoy es exactamente igual que el que viví hace tres meses. Nada cambia. Nada avanza. Y eso que, por un momento, creí verlo todo girar. Ahora dudo si aquella ausencia plena de espacio fue real.
¿Llegué a Seúl?
Quizá ese tiempo viajado fue solo un sueño buscado y encontrado, producto de mi obsesión. A lo mejor aquel viaje sólo era una simple recompensa por mi insistente paciencia. Y es posible que yo sola lo haya convertido en un castigo que únicamente perdonaría contigo.
La soledad me aprieta pero, la incertidumbre, me asfixia.
Al menos me sirves de inspiración...
Una partida de mus
Una partida me sirve para mirar fijamente tus ojos sin que sospeches. Utilizo las cartas como un manual para interpretar tus actos.
Te muerdes los labios. Te guiño un ojo. Ronda tras ronda nos comunicamos por señas.
Ahora eres mano. Tú llevas la grande y yo dejo pasar la chica. Ninguno de los dos tenemos una mísera pareja, así que vamos a por el juego.
Enseñamos las cartas. Perdemos la grande y ganamos la chica en paso. Ni un solo amarraco obtenemos de los pares… En el juego, sobresalimos: la máxima puntuación en cada mano. Pero en el resultado último, ambos perdemos.
Si me hubieses envidado, yo habría aceptado. Siendo la ronda final, te hubiese lanzado un órdago. Lástima que hoy seas tú mi compañero de mus… Si no, habríamos apostado.
17 may 2008
15 may 2008
La abuela Rita (II)
Y mientras pienso, el tic-tac del reloj de cuco sigue retumbando en la sigilosa noche. Parece como si el abuelito nunca se hubiese ido. Parece como si nunca fueses a marcharte tú.
14 may 2008
Mar de Oes
Responder o preguntar,
Avanzar o descansar,
Soñar o despertar,
Nadar o naufragar…
Prisa o pausa.
Recordar o ignorar,
Dar o esperar,
Creer o desconfiar,
Luchar o pasar…
Todo o nada.
Esfuerzo o vocación,
Tranquilidad o confusión,
Sentimiento o dolor,
Transformación o aceptación…
Tú o yo.
Mi yo de hoy
Demasiadas horas que he pensado. Demasiadas cosas que he sentido. ¿Por dónde empiezo si ni siquiera sé dónde comienzo yo?
Desconocida. A menudo, me resulto la persona más extraña, la más lejana, la que es completamente incompatible. Y ni siquiera tengo un mínimo control sobre ella. Ni la capacidad para frenarla a tiempo. Para decirle no. Para actuar sin pensar en lo que por sus estupideces pierdo. Tal y como voy… lo acabaré perdiendo todo.
Y en realidad no me mereceré otra cosa, si no lucho por nada. Si no tengo valor. Si no puedo ignorar mis miedos. Si a veces en una gota puedo ver todo el océano y otras veces, de esa gota, soy capaz de hacer diluvios.
Viene hacia mí la rueda del delirio, de la locura insana, de la carencia de fundamento. Y doy vueltas con ella aún sin quererlo. Ya he empezado. Y ahora ya no sé pararlo.
Me agarro a la soledad aún cuando puedo desecharla y no la amo. Es mi necesidad mi verdugo. Algo insaciable. No tendrá fin.
No me veo. No sé quién creo que soy ni en qué dirección voy. No sé qué quiero. Ni qué no quiero. Es posible que esté perdiéndome a mí misma mientras espero encontrar a alguien más. Y nadie a solas se atreverá a negar que todos buscamos exactamente lo mismo, aunque lo hayamos dicho alguna vez en voz alta. Pero es verdad que no todos nos escurrimos en el intento… Yo sí. Y me he manchado con toda la mierda que había en el suelo.
Seguramente cualquier otro lo haría… pero mi yo de hoy no se va a limpiar.
13 may 2008
¿Qué harías?
Pero hoy… hoy si no tuviese miedo no habría salido huyendo. Hoy si no tuviese miedo hubiese gritado tu nombre. Si no tuviese miedo me levantaría ahora mismo de donde estoy. Y correría hasta ti.
Si no tuviese miedo te descubriría un sentido insospechado. Si no tuviese miedo te enseñaría qué es para mí viajar. Si no tuviese miedo tú volarías sin tener alas y yo, aterrizaría en tu explanada. Me quedaría allí. Viviría en ti.
Si no tuviese miedo no buscaría una excusa. Si no tuviese miedo prescindiría de la interrogación. Si no tuviese miedo en mi posibilidad desaparecería cualquier amago de negación.
Si no tuviese miedo te desnudaría mi esencia. Si no tuviese miedo te regalaría mi inocencia. Si no tuviese miedo te iba a, simplemente, abrazar.
Si no tuviese miedo, las horas de ayer no se habrían inmolado y, las de hoy, si no tuviese miedo, no me habrían torturado.
12 may 2008
Sin remedio
Complicidad risueña.
Acercamiento tímido.
La distancia se desnuda ante la fugacidad nocturna.
Nunca deseé tanto soñar.
Miradas tejidas.
Caricias esculpidas.
Besos tatuados.
Se encoge la mañana entre mi espalda y tu tripa.
Nunca amé tanto el sol.
Conversaciones mudas.
Espacio absurdo.
Tu olor ahora proviene de los movimientos de mi cuerpo.
Nunca odié tanto estar escribiendo.
Resurgiendo
Revistiéndome de magia. Los días transcurren sólo tal y como yo los vivo. Al menos, esto, depende de mí.