21 oct 2009

La Abuela Rita III


Sus zapatillas de andar por casa, sigilosas, recorren el pasillo hasta el salón. Enciende la lamparita que hay en la esquina y, después, se acomoda en su mecedora.

Coloca las manos en el extremo de cada reposabrazos, y deja caer su cabeza sobre el respaldo. Yo le acaricio la mano, y me enciendo un cigarro. Ella comienza a mecerse. Se mece y se mece, y la madera cruje como si se lamentara. Pero, como siempre, al final la mecedora aguanta.

Poco a poco, mi abuela se va quedando adormilada. Yo la observo mientras los quejidos de la mecedora se convierten en murmullos. Me gusta mirar a mi abuela cuando se queda dormida: su cuerpo anciano se relaja, suspira espontáneamente, y se enternece su gesto. De pronto ve a mi abuelo como cuando era joven, vestido con su traje militar y sonriendo. Ya está soñando mi abuela…

La mecedora, entonces, guarda absoluto silencio.

19 oct 2009

Esculturas

Sólo con el aire del Pacífico como equipaje, Chile empezó su viaje por la Panamericana.

En el sur, eligió las tres rocas más grandes que encontró, y tras tallar la Patagonia, las convirtió en Torres del Paine. Sin descanso, esculpió una larga cordillera. Ya coloreada, y habiéndole limado un altiplano, la denominó los Andes.

Durante algún tiempo, Chile practicó creando valles y volcanes, y finalmente, ya en el norte, moldeó el desierto de Atacama. Sólo con el viento.

La mayoría de la gente cree que Chile es una obra de arte. Yo, sin embargo, creo que Chile es un gran escultor.