27 abr 2008

Cambio de estación

Nadie me dijo nunca que sería tan solitaria. Nadie me avisó de que escogería siempre lo más difícil. Nadie me concienció de que debía ser fuerte.

Pero alguien que no conozco reveló que las “despedidas son indispensables para los reencuentros” y, después de saber esto, llegué hasta ti. Hoy, no tengo otro remedio que apoyarme en la sabiduría popular para entender el paso del tiempo.

Me alejé de ti en el equinoccio de primavera pero (si Ala quiere), me reuniré contigo en el solsticio de verano.

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