24 abr 2008

Quédate conmigo

Un leve roce en mi muslo. Introduces, ligeramente, la mano en mi bolsillo. Me giro. Me miras. Te sonrío. Te ríes. Y me das de fumar con tus dedos, mientras me imagino besarte las manos, en vez de besar el cigarro.

Me quedaría a tu lado. Aún sin rozarte. Me sobra con que tu cuerpo se detenga ante el mío, ¡pero que no se valla! Me enrabieta que siempre dures solamente unos instantes a mi lado.

Dime tú, si es que lo sabes, ¿por qué huyes? Digo yo que no lo sabes… ¿Por qué otras veces huyo yo?

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