27 may 2008

Rompiendo esquemas (II)

Viviendo una de mis historias. Es, sencillamente, mágica. Brota como de la fantasía, nutriéndose de algo que se percibe onírico. La imaginación reina, como cuando era niña.

Pudiendo haber salido tú, de uno de mis relatos, has entrado de golpe en mi recóndita irrealidad.

Desde que venciste el miedo todo me parece, cuanto menos, ficción. Ayer me resultó increíble que alguien escribiese en la pared la letra de una canción pensando en mí. Y me parece imposible que hoy ese mismo alguien haya conseguido hacer suyas mis frases, para escribirlas en esa misma pared, dedicándomelas también a mí.

Nunca me había percatado de esa otra dirección. La palabra es de pronto un arma de doble filo… La cuerda floja. Y no voy a decir que no me importa, pues es la palabra el máximo riesgo de lo especial.

¡Sin confusiones! Distinguiendo todavía el límite de lo real. Sin enloquecer del todo. Sin olvidar quién soy ni renunciar a donde voy. Segura de ello… pero insegura por preguntarme aún (desconociendo el origen), si cuando termine de escribir esto no creeré haber hecho la mayor de las locuras:

“* * * * * * * * *

No hay comentarios: