
Sin pensar, sale a la calle.
Se sumerge en el frescor de una tormenta que se da en pleno bochorno.
Y de repente cesa implacable, el caer del agua, como si alguien eligiese detener el tiempo.
- UN RINCÓN IMAGINARIO -
Sin pensar, sale a la calle.
Se sumerge en el frescor de una tormenta que se da en pleno bochorno.
Y de repente cesa implacable, el caer del agua, como si alguien eligiese detener el tiempo.
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