Y mientras pienso, el tic-tac del reloj de cuco sigue retumbando en la sigilosa noche. Parece como si el abuelito nunca se hubiese ido. Parece como si nunca fueses a marcharte tú.
15 may 2008
La abuela Rita (II)
Apoyándote sobre los brazos, te levantas muy despacio de tu mecedora. De pie, sobre tus zapatillas verdes de andar por casa, te cierras bien la bata y rodeas la mesa circular caminando pausada, sin que te apremie el sueño o la impaciencia.
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1 comentario:
sin palabraaaaaaaaaaas es genial solo kisiera decir mas pero solo eso es es es genial....sigooooooo....tu....bolitaaaaaa.
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