7 may 2008

Espejismo

Mis ojos se deslizan lentamente por las curvas de tus hombros. Llegados al borde, se lanzan a trepar tu cuello. Es la primera vez que dejas al descubierto esas formas insinuantes en mi presencia. Y deseo bajar rodando hasta tu cintura mas, como siempre, me abstengo.

En un pequeño salto podría alcanzarte… No hay peor impedimento que el que, en realidad, no me impide nada. Pero escojo moverme, actuar, no pensar. Prefiero fingir que lo que estoy rumiando no es recorrerte de norte a sur, de oeste a este, de fuera a dentro. Porque estás frente a mí y, en realidad, nada me impide hacerlo.

¿Me miras así sólo a mí?

Se inflamó el tiempo y ardieron las posibilidades. Preferiría que te vinieses conmigo, pero tú optas por continuar tu rutinario camino de cada tarde. Yo hubiese elegido quedarme entre las flores tropicales de tu camisa verde, permanecer enredada en los tentáculos rizados que intentan ahogar tu pecho. Yo hubiese preferido continuar balanceándome en las alturas de tu cortina ondulada, hoy reluciente, hasta rozar el inicio de la noche plena, sumergiéndome de nuevo en ella.

Seúl es como un espejismo… Aparece y desaparece.

No hay comentarios: