21 may 2008

Ni 60 años

Después de dos meses,
todavía sigue habiendo,
entre mis cosas,
granos de arena de aquel desierto.

Después de ocho semanas,
todavía sigue oliendo,
ese turbante azul,
como las jaimas que hay en el Sahara.

Después de sesenta días,
todavía llevo,
colgado del cuello,
el sentimiento de todo un pueblo.

Y ni dos días,
ni ocho meses,
ni sesenta años,
se llevarán consigo esa esencia
que dejó en mi conciencia,
todo el que vivió exiliado.

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