De los sonoros pasos de mi madre,
de los puritos olorosos de mi padre.
De los pelos de mi hermano…
Me despido.
De la terraza y de mi habitación,
de mi cenicero y mi edredón.
De la puerta que abre y no cierra…
Me despido.
De mis expresiones al hablar,
de las chanclas para caminar.
Del cielo azul y del sol brillante…
Me despido.
Del pasillo de la facultad,
de las cervezas por no estudiar.
De las antropólogas y el Colectivo Ezkharit…
Me despido.
De charlar hasta la madrugada,
de que me quieran sin yo hacer nada.
De los buenos amigos que tengo…
Me despido.
1 comentario:
y cuanto echo de menos esas charlas hasta la madrugada...hasta que salia el sol y reiamos por todo lo que habiamos hablado y todo lo que nos apetecia sequir haciendolo...
te echo tanto de menos perra!!! (raquel)
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