30 ago 2008

Hacia Helsinki


De nuevo en el aire. Atrás dejo Dinamarca, con sus costas unas veces alargadas y otras veces, escarpadas. El color que arroja el sol en pleno atardecer recubre el mar de oro brillante. Nunca antes percibí de esta manera la inmensidad del planeta, su curvatura y su ligereza, su grandeza.

Una explanada de cultivos llega más allá de lo que pueden ver mis ojos. Ante mí, la infinitud de este mundo… y la finitud de mi vida. Somos imperceptibles a tanta distancia del suelo.

Dentro de tres horas aterrizaré en Finlandia. Por fin, pisaré el país de innumerables lagos y de colonización boscosa. Me acercaré al fin del mundo y, sobre esa tierra de hielo, conoceré el frío. Me veré obligada a acostumbrarme a la peor de las oscuridades: la que no tiene remedio.

Y en lo que transcurren unos meses estaré sentada dentro de otro avión. Me dejaré caer confusa en otro asiento azul bastante incómodo, junto a un extraño distinto (aunque exactamente igual de extraño) del que viaja hoy a mi lado. Sin embrago, a pesar de hallarme en semejantes circunstancias, es probable que yo sea diferente a lo que soy ahora. Tomaré la dirección contraria, la de regreso, cargándome en la maleta un concepto de Finlandia muy distinto al que seguramente hoy tengo. Con lo incógnito ya aprendido, con los desconocidos siendo amigos. Vividas todas las experiencias que hoy están por venir… Me sentaré rumbo a Madrid habiendo convertido en mía la ciudad de Jyväskylä. Sintiéndome parte de ella. Habiéndola sembrado de recuerdos por sus extensiones y rincones. Conociéndola. Lo que hoy ignoro, mañana será algo querido.

Miro por la ventana y un sin fin de lagos, la vegetación frondosa y verde oscura, las crestas de las costas, el mar y el cielo anaranjados… me recuerdan que, por el momento, el mundo vuelve a presentárseme como algo novedoso. Y es que, mejor que el momento de después de lo ocurrido, e incluso mejor que el propio momento en sí mismo, es el momento de la anticipación. Ése momento en el que todo está por venir.

Estoy preparada.

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