31 ene 2008

¿Irrealidad?


Mente en blanco. De nada me acuerdo cuando vuelve a pasarme. Espera un momento, me has absorbido. Una vez más. ¿Cómo lo haces? Ojalá fuese capaz de darte esto pues, aunque no diga nada, el simple hecho de que te lo escriba a ti, lo dice todo. Si… Viajar hasta Seúl.

* * * * *

Y esta vez sí, por fin, lo he hecho. He vencido esa asfixiante presión que me aplasta el pecho. No sé ni cómo. Ni tampoco por qué. Pero se me había olvidado lo sensual que se escuchan tus susurros estando tan cerca. Y ahora no dejo de sonreírme. ¿Qué pasa? ¿Estaré iniciando mi viaje a Seúl?

* * * * *

Y de pronto, Seúl se aproxima.

Y ya estás a mi lado. Y aunque no me ha dado tiempo a prepararme puedo olerte. Y hablarte. Y escucharte. Y aunque la sensación del frío no me abandona, puedo percibir el chorro de agua cálida que mana de tus pupilas desde allí, desde detrás de esa cortina ondulada. Y de repente me pierdo tras ella y me lanzo a un profundo abismo. Y de repente regreso.

Y así, sin más, Seúl se aleja de nuevo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y (pese a que mis profesoras de Lengua y Literatura en el colegio siempre me prohibieran empezar las oraciones con conjunciones copulativas, para después encontrarme a medida que fui creciendo y me hice mayor que la lengua y la cópula tenían tanto que ver y se permitían tantas cosas la una a la otra de manera que el orden en un antes, durante o después no importase tanto siempre que se hiciera cuanto más mejor) me he encontrado escrito en mi brazo escritor este zapatito de cristal en forma de blog.

Si esto te basta para saber quién soy y por tanto me recuerdas, tal vez te apetezca darle un empujón al azar y provocar un reencuentro o un intercambio de palabras (por correo o por el viento, como quieras), porque pese a mi melopea de anoche aún recuerdo que te desafié como artista y te prometí mostrarte algunas de esas cosas que pasan cuando la Musa viene a verme, copulamos como locos y en conjunción creamos... Literatura.

David

Pablo R.M. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aicilaa dijo...

sigo esperando que el azar me traiga esa forma de comunicarme contigo...

Anónimo dijo...

El Azar nunca trae nada bueno, Princesa. Eso deberías saberlo. El Tiempo, menos todavía. Sin embargo, precisamente por eso soy asiduo de retarlos y afrontarlos a cara descubierta, nada de máscaras y anónimos. Ellos, por contra, siempre me atacan a traición.

Es por ello que aquí te dejo una dirección de correo a la que puedes enviarme un "Hola" para ir empezando y quizá yo le siga con un "Hola, ¿cómo te llamas? No, mejor no me lo digas. Simplemente quitémonos las máscaras y veamos qué vemos".

Ya tienes cómo volver a saber del duendecillo sin nombre, sin más secretos. Eso sí, te pido borres la dirección en cuanto la tengas. No quisiera nadie más se aprovechara de nuestro Azar. El tuyo y el mío. Porque el Azar no trae nada bueno... Fíjate que te ha hecho encontrarme, y yo no es que sea malo. Soy el peor.

David

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.