23 ene 2008

Y más allá

Mirando un papel en blanco y, después, hacia el infinito. Éste último sólo puedo imaginarlo: en frente de mí, un muro de ladrillo me impide divisarlo. Pero mi mente vuela, y entre nubes de humo denso recorre, se pierde y después se aleja de esta habitación cerrada. Y llega más lejos de lo que lo han hecho mis pies. Se vuelve fuerte, se transforma en jirones de confianza y crece. Crece tanto que logra escaparse de mi cabeza. Y entonces, por fin, mi mente puede vislumbrar el infinito.

No hay comentarios: