19 sept 2008

Paloma


Vives todo antes de que se muera.
Tú puedes hacerlo perdurar.

Buscas y rebuscas eso que, alguien,
definió algún día como lógico.
Pero tu existencia es puro sentimiento.
Una casualidad.

Te planteas cada asunto
atribuyéndole cientos de opciones.
Donde otros sólo ven posible una lectura,
tú sabes imaginar.

Eres el motor de cambio
para el que se haya estancado.
Haces despertar al que anda adormilado,
impulsándole a arriesgarse y a soñar.

Para conectar con alguien
no hacen falta años.
El que apreció tu alma en un solo segundo,
asimiló que había que luchar.

Como dijiste tú esa noche:
“Cuánto ansiaba hablar con alguien,
¡hablar de verdad!
Y no quedarme encerrada en una risa banal”.

Cogiste una libreta
para inaugurarla y ensuciarla,
para llenarla de garabatos que, después,
te costaría descifrar.

Fuiste tú misma durante algunas horas,
justo hasta que comenzó a salir el sol.
Y proporcionaste calor a Finlandia,
a través de un frío ordenador.

Y sólo espero que esa noche,

esa increíble noche,

no te pareciese un sueño extraño

y por el contrario sea ahora, parte de tu memoria.

No te enfades conmigo, Paloma.

No te echo de menos.

Pero no te echo de menos,

porque estás aquí, a mi lado.

No hay comentarios: