Y navego por el Sahara argelino hasta que el oeste se traga el sol. El mismo sol que se pierde aquí tras las montañas de Mojacar, se posa allí sobre las dunas. Y en ambos horizontes, ¡alejados!, ahora descansa.
Pero solamente lo hará hasta mañana.
- UN RINCÓN IMAGINARIO -
Y navego por el Sahara argelino hasta que el oeste se traga el sol. El mismo sol que se pierde aquí tras las montañas de Mojacar, se posa allí sobre las dunas. Y en ambos horizontes, ¡alejados!, ahora descansa.
Pero solamente lo hará hasta mañana.
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