29 jul 2008

El último beso

Hace diez días cruzaba la pista de aterrizaje.

Subí las escaleras que me conducían directamente hasta el avión y me detuve. Me di la vuelta y te busqué con la mirada, aunque sabía perfectamente que ya no era posible verte. Así que cogí aliento y pasé dentro. Sin pensar, localicé mi asiento y abroché mi cinturón.

Comencé a escuchar, acto seguido, el rugido del motor de arranque, y en lo que me pareció una milésima de segundo, ese aparato tan cruel que me alejaba de ti, despegó.

Sentí entonces, otra vez, que todavía no te había dado el último beso. Pero ya estabas lejos.

No hay comentarios: