6 jun 2008

Esa tal Aurora

Reloj maldito… espero no estés pensando en detenerte ahora. Teléfono mudo… ¿hoy no me vas a gritar?

Cayendo el sol tras el contorno de los edificios, no puedo buscar en ti más que la compañía: cigarro, humo, ceniza. Discúlpame. Es sólo por no estar sola.

Embarazada de melancolía, me preparo para dar a luz la lejanía. Seré madre soltera más allá de estas fronteras. Pariré la soledad. Y ya nada volverá a ser lo mismo.

Mas quien sabe si entre tanto hielo no sólo se enfriarán mis manos y mis pensamientos. Quizás, el invierno del Polo Norte descongele mi creatividad. Quizás, esa tal Aurora, me contagie su irrealidad.

No hay comentarios: