7 jun 2008

Cerrando etapas

Cumplí veintidós años en Pokhara (Nepal) tras rodear los Annapurnas. Recuerdo que ese día sentí acabar mis veintiuno habiéndome retado, y habiéndome superado.

Mi decisión de última hora, un trabajo basura precipitado, el adiós temporal, mi aprendizaje en India y mis esfuerzos montañeros durante el último mes… Todo se veía, de pronto, recompensado. Cerraba una etapa con una espléndida sonrisa, muy satisfecha, en un lugar soñado y, con el tiempo, entre mis manos. Y sentí ese día que, durante mi próximo año, podría hacer todo eso que me propusiese.

Y ahora estoy aquí, rozando ya los veintitrés, preguntándome si ha sido así. Si he conseguido hacer todo eso que quería hacer. Si luché lo suficiente, lo bastante; si sufrí lo mínimo. Ahora me pregunto si me comporté bien, si acerté. Si aprendí de mis errores, si sencillamente amé. Ahora me pregunto si he debilitado mis defectos, si agrandé un poco (por lo menos) mis virtudes.

Echando la vista atrás, me percato de que no me he superado. Este último año, finalmente, ni siquiera me he retado.

Y me deprime saber con certeza que esta misma noche no me acostaré satisfecha, sonriendo, y sintiendo que en los próximos meses no seré capaz de hacer todo eso que hoy me propongo.

Hoy no cierro mi última etapa con tanta ilusión.

Qué le vamos a hacer.

No hay comentarios: