14 ago 2007

San Pedro - Almería- (II)

Purpurina en San Pedro.


Brilla el reflejo del sol sobre la superficie del mar. Los toldos ondulan al viento. Y una gota salada cae de un mechón de mi pelo, recorriéndome el rostro.


Nuestras mantas se apoyan sobre palos de bambú para darnos sombra. Reina un calorcito veraniego que viene del sur.


Un trago de cerveza. Una calada al viento. La risa de Bea y el bolígrafo rojo, que escribe solo. Me siento tranquila en San Pedro. La leyenda no mentía; el mito se hace verdad.


Y aquí estamos una vez más, contemplando cómo el sol va completando su ciclo. Y nosotras vamos completando el nuestro: el día a día, de la mejor manera posible.

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